Con la creación de la Sociedad Argentina de Locutores (SAL), fundada el 3 de julio de 1943, se instauró y legitimó la importancia de la radio y la hazaña de aquellos pioneros mediáticos.
Pero así cómo ellos fueron precursores en la implementación de una nueva tecnología para crear un medio de comunicación -lejos de su concepción capitalista y empresarial-, es decir, de una nueva manera de interacción entre las personas, debemos plantearnos 90 años después cual es el aporte que en esta era de las comunicaciones podemos hacer para mejorar las relaciones interpersonales.
Con la llegada de internet a los medios se han ido modificando las formar en que emisores y receptores se comunican, y sobre todo, se retroalimentan.
Muchos sostienen que la cualidad saliente de la era digital es la democratización de participación y contenidos, y si bien no podemos aseverarlo, es bien cierto que con mayor o menor suceso, todos podemos acceder a la libertad de expresión a través del manejo de las nuevas tecnologías. La accesibilidad de la mayoría ya es otro tema de análisis que dejaremos a los sociologos.
Nuestro compromiso dentro del nuevo paradigma comunicacional, como parte de una nueva generación de comunicadores, es el de proporcionar soportes de comuncación para aquellos que quieran expresarse. El compromiso de los amantes de la locución debe ser el de aprovechar estos espacios y poder brindarle a la sociedad la oportunidad de conocer y dar a conocer los pequeños detalles que hacen especial nuestra vida como individuos sociales.