Esta característica nació a partir de su inmediatez y ubicuidad, rasgos que la conviertieron en un boom mediático en la primera mitad del Siglo XX. Pero por sobre todas las cosas, la función mágica está dada por la simbiosis entre locutor y oyente, por el embelesamiento que sufrimos, o mejor dicho que disfrutamos, cada vez que escuchamos una buena voz, calida y cercana, "del otro lado" del receptor.
Raphael Saadiq - "Radio" from Tracemaker on Vimeo.
La radio nos acerca, nos divierte, nos entretiene. Su sonido, su música, su poesía quedan garbadas en nuestra memoria, en un subconsciente que aflora y nos convierte en amantes de su magia, y cuando el hechizo hace efecto, sólo nos queda hacer radio.
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