
Pero los trabajadores de la Plaza de Mayo no eran los únicos que pudieron escuchar la sufrida voz de la dama argentina. Ese día, LR 3 Radio Belgrano, con los mismos locutores que hasta el momento trabajaban para la emisora, realizaban la primer transmisión televisiva de la Argentina.
A tres cámaras, con una antena instalada desde el Ministerio de Obras Públicas, sólo unos pocos afortunados pudieron presenciar el discurso. Ese día la noticia fue anunciada con apenas un recuadro en los diarios, debido a que se temía que el advenimiento del aparato pusiera en jaque la subsistencia de la prensa gráfica.
"De hecho, fueron locutores radiales quienes pronto se convirtieron en primeras figuras del nuevo medio: Guillermo Brizuela Méndez, Nelly Trenti, Nelly Prince, Adolfo Salinas, Pinky y Antonio Carrizo. Un mes después, en noviembre, la televisión estatal contaba ya con una programación integrada por figuras tales como Juan Carlos Thorry, Analía Gadé, Ana María Campoy, José Cibrián y Diana Maggi. Pero la oferta televisiva se fue ampliando poco a poco", escribe Diario Uno en conmemoración al aniversario.

Pero ello cambiaría con el tiempo costumbre mucho más arraigadas. La televisión irá poco a poco convirtiendose en el panóptico de la sociedad toda. Incorporará tecnologías y conceptos provenientes de otros medios, de otras plataformas, de otras herramientas. Se convirtirá en espectáculo, en show, en modeladora, moderadora, distorsionadora y generadora de la realidad percibida.
Desde el vestido negro de Evita hasta el sensual caño de Marcelo Tinelli, los realizadores han ido entendiendo que el negocio no está en la pluralidad, diversidad y reproducción de la información, sino en satisfacer las necesidades de los anunciantes -popes del sistema- a través de contenidos que atraigan a la masa televidente.